TRES IMAGINARIAS DECADAS
Cr�nicas de Mexicure
THE CURE
TRES IMAGINARIAS DECADAS
Por Roman Hernàndez
¿ Decepcionado por la nueva escena musical mundial ? Mhh, no, no podrìa considerarme. Serìa demasiado obvio reclamar los cambios genèticos propios de la mùsica contemporànea y al mismo tiempo querer compararlos con los que me hicieron moverme y que aùn me provocan espasmos por todo el cuerpo. Serìa remitirme a los ochentas. Aquellos refinados y al mismo tiempo desgastados 80`s. Ademàs no tendrìa motivo hacerlo cuando los mismos Interpol, The Bravery, Franz Ferdinand y otras bandas que golpean hoy en dia con su mùsica las ondas herzianas de la radio aceptan màs que abierta y descaradamente las grandes influencias de su antecesores que en otrara circunstancia desgarrabamos a gritos todas sus rolas: The Cure, Bauhaus, New Order, Depeche Mode, Kraftwerk, Joy Division y que, a lo largo de otra decada (la noventera) influyera a otras escenas como la de NIN o Nirvana. Solo me queda agradecerle a Dios haberme dado el gran tino de adoptar entre mis bandas favoritas a aquellas que nunca se desperdigaron o que mejor aùn : regresaron de la tumba. Agradecerle porque a lo largo ya de 2 decadas he compilado los discos de mis bandas favoritas, las cuales siguen dando lucha y no han perdido fuerza. No me siento en decadencia. Al contrario a mis 33 años de edad me resulta maravilloso todavìa gritar durante todo un concierto de Depeche Mode redescubriendo que es la mùsica que siempre he querido escuchar. Recibir en mi ciudad después de una larga espera a The Cure y darle la màs grata y emotiva bienvenida y comunicarle: “esta es tu casa”.
The Cure es el caso que muchos padecemos. Es la banda que no es una banda. The Cure es un momento. The Cure es un momento y miles de momentos a la vez. El otro dìa un amigo, al escuchar mi aceveraciòn me cuestionaba “Entonces, para tì ¿ Que es the Cure ?” Primero, tratare de definir “ lo que no es The Cure”. The Cure no es un trio, no es un dueto ni un cuarteto, ni tampoco una disputa legal entre Smith y Tolhurst. Tampoco es el artista obligado a recopilar èxitos en diferentes ediciones (“Re-package Re-package”, segùn Moz) The Cure no es premio Icon. No es el artista “recurrente” al cual todos los artistas nuevos aceptan haber amado siempre y durante toda la vida. Claro que han tenido retractores y al mismo tiempo a los fans màs fieles. Tampoco es un artista al que le ha hecho falta un tributo con nombres espectaculares de mùsicos contemporàneos. Nos son solo notas puestas en orden, acompañadas de una voz que desgarra las entrañas de quien la escucha por primera vez. No son analogías y comparaciones propias de la genialidad. Para muchos conocedores de mùsica, The Cure es una banda que toca rolas “sencillas”, tal vez lo sean. Pero ¿ quien dijo que no se puede hablar de la vida y pasar a la eternidad con solo 4 notas?
Para mì no hay mejor momento que el subir al bus que se dirige a Monterrey y al momento de hacerlo, percatarme que el 95 % de las personas en el camiòn tuvieron la misma idea que yo y dirigirse al primer recital de The Cure en Mexico. Compartir la chela con un desconocido durante el trayecto, mientras coreamos “! One two three four!!!…….. No lights…No people!” …wow!!!! Y darnos cuenta que ha valido la pena de años de esperar para poder ver, (aunque no sea en nuestra ciudad pero si en nuestro paìs ) a ¿una banda? No , yo a eso ya no lo llamo una banda…es una necesidad, es un encuentro, es un fenómeno que hace capaz se conjunte en un solo punto nuestras nostalgias, recuerdos y referencias en el tiempo, bajo las notas, no sè.. tal vez de “Fascination Street” o “One hundred Years”.
Todos los que padecemos este caso tenemos una fibra delicada que si tocamos con cierta rola, seguramente dispararà esos sentimientos que inclusive afectan nuestro entorno. Si escucho “One more time” me hace llorar al recordar a aquella novia que me terminò injustificadamente y prefiriò escuchar Luis mIguel en el estereo de la nave de su siguiente victima. Y no puedo evitar sentir ese nudo en la garganta, aunque hoy en dia, ella este a años luz de mi mente. O el recuerdo de mi madre el dia que muriò y que “Funeral Party” evoca en mi piel un chillido que, la mayorìa de las veces no puedo sacar de mi cabeza durante semanas de recuperaciòn. Los reventones que se organizaban en nuestras casas para presentar nuestras bandas comandadas por Jean Paul, Marcel y todos aquellos que bailabamos hasta la madrugada rompiéndonos la madre con “Play for Today” “10:15 Saturday night” “Killing an arab” Todas esas tardes que pasabamos drogados en la azotea de mi amigo el “niñosaurio” al son de “The Kiss”, “Cold”, “Plainsong”, “Kyoto Song” “Shake dog Shake”, “Six different Ways”. Ya es inevitable tratar de hacer algo por ello. El solo escuchar unas notas de la canciòn, me provoca el padecimiento, pero felizmente me doy cuenta… ¡ que no quiero hacer nada la respecto !
La cosa aparentemente no para ahí: en la universidad, los años siguientes,durante mis viajes, The cure sigue escribiendo y produciendo y esto parece no tener fin. No solo le pone mùsica de fondo a fotografìas en movimiento del Cuervo, sino que los momentos continuan y continuan. Asì como las rolas : “Trust” es ahora un rito. “A letter to Elise” una nostalgia pre-pagada y “Halo” la canciòn que siempre quise escuchar. ¿ De que depende todo esto? Uno se cuestiona si nuestra propia vida es tan vacia que cualquier cosa la puede llenar tan satisfactoriamente. Pero no creo que sea asì. Hay tantas facetas en una vida, que se puede escoger entre millones de opciones. Pero no para los que padecemos este caso y recaemos fácilmente. The cure es la enfermedad y la soluciòn dentro de una frágil lìnea que nos va dosificando poco a poco.
Esta enfermedad es como la droga : te hace buscar como adicto a alguna amistad que te aliviane…pero con una tarjeta Banamex para poder entrarle a le preventa cuando te enteras que después de años viene el causante del mal a tu ciudad. Tu cuerpo suda, te angustias y ya te ves afuera. Estas contra la pared, pero sabes que es como un “super shot” que te dejarà descansar por “un buen rato”.Un viaje màs a Monterrey , pero ahora en un camiòn repleto de fans super bien organizado y escuchando las mejores historias de la cura que todos necesitamos. 4 Conciertos en Mèxico!!!!... un pasòn de mùsica y emoción que fue debidamente digerido.
The Cure es, en mi vida…. una larga travesía, que cumplirà en algun momento 3 decadas, no importa còmo lo hagan, pero seguramente habremos felices personas que lo celebraremos a nuestra manera : emborrachandonos, llorando, gritando, revisando cuadro por cuadro a travès de nuestro reproductor de DVD còmo Simon bajea en el Trilogy, en un concierto, traduciendo las letras de rolas que tal vez aùn sin entender lo que dicen, nos hacen llorar.
Hoy en dìa, la mayorìa de mis amigos estan casados. Tienen hijos y una vida “bonita”, aparentemente han conseguido lo que buscaban. Yo me la pasè entre canciòn y canciòn, pero jamàs me arrepentirìa de seguir lo que màs me gusta y apasiona: la mùsica y sus expresiones colaterales. No me arrepiento de haberme gastado lo de mi nave para seguirlos por Europa, ni para ir a todos los conciertos en mi paìs. Un amigo me dice : “Estas bien enfermo”, a lo que contestè gustoso : “Sip, lo estoy, pero FELIZMENTE enfermo”.
THE CURE
TRES IMAGINARIAS DECADAS
Por Roman Hernàndez
¿ Decepcionado por la nueva escena musical mundial ? Mhh, no, no podrìa considerarme. Serìa demasiado obvio reclamar los cambios genèticos propios de la mùsica contemporànea y al mismo tiempo querer compararlos con los que me hicieron moverme y que aùn me provocan espasmos por todo el cuerpo. Serìa remitirme a los ochentas. Aquellos refinados y al mismo tiempo desgastados 80`s. Ademàs no tendrìa motivo hacerlo cuando los mismos Interpol, The Bravery, Franz Ferdinand y otras bandas que golpean hoy en dia con su mùsica las ondas herzianas de la radio aceptan màs que abierta y descaradamente las grandes influencias de su antecesores que en otrara circunstancia desgarrabamos a gritos todas sus rolas: The Cure, Bauhaus, New Order, Depeche Mode, Kraftwerk, Joy Division y que, a lo largo de otra decada (la noventera) influyera a otras escenas como la de NIN o Nirvana. Solo me queda agradecerle a Dios haberme dado el gran tino de adoptar entre mis bandas favoritas a aquellas que nunca se desperdigaron o que mejor aùn : regresaron de la tumba. Agradecerle porque a lo largo ya de 2 decadas he compilado los discos de mis bandas favoritas, las cuales siguen dando lucha y no han perdido fuerza. No me siento en decadencia. Al contrario a mis 33 años de edad me resulta maravilloso todavìa gritar durante todo un concierto de Depeche Mode redescubriendo que es la mùsica que siempre he querido escuchar. Recibir en mi ciudad después de una larga espera a The Cure y darle la màs grata y emotiva bienvenida y comunicarle: “esta es tu casa”.
The Cure es el caso que muchos padecemos. Es la banda que no es una banda. The Cure es un momento. The Cure es un momento y miles de momentos a la vez. El otro dìa un amigo, al escuchar mi aceveraciòn me cuestionaba “Entonces, para tì ¿ Que es the Cure ?” Primero, tratare de definir “ lo que no es The Cure”. The Cure no es un trio, no es un dueto ni un cuarteto, ni tampoco una disputa legal entre Smith y Tolhurst. Tampoco es el artista obligado a recopilar èxitos en diferentes ediciones (“Re-package Re-package”, segùn Moz) The Cure no es premio Icon. No es el artista “recurrente” al cual todos los artistas nuevos aceptan haber amado siempre y durante toda la vida. Claro que han tenido retractores y al mismo tiempo a los fans màs fieles. Tampoco es un artista al que le ha hecho falta un tributo con nombres espectaculares de mùsicos contemporàneos. Nos son solo notas puestas en orden, acompañadas de una voz que desgarra las entrañas de quien la escucha por primera vez. No son analogías y comparaciones propias de la genialidad. Para muchos conocedores de mùsica, The Cure es una banda que toca rolas “sencillas”, tal vez lo sean. Pero ¿ quien dijo que no se puede hablar de la vida y pasar a la eternidad con solo 4 notas?
Para mì no hay mejor momento que el subir al bus que se dirige a Monterrey y al momento de hacerlo, percatarme que el 95 % de las personas en el camiòn tuvieron la misma idea que yo y dirigirse al primer recital de The Cure en Mexico. Compartir la chela con un desconocido durante el trayecto, mientras coreamos “! One two three four!!!…….. No lights…No people!” …wow!!!! Y darnos cuenta que ha valido la pena de años de esperar para poder ver, (aunque no sea en nuestra ciudad pero si en nuestro paìs ) a ¿una banda? No , yo a eso ya no lo llamo una banda…es una necesidad, es un encuentro, es un fenómeno que hace capaz se conjunte en un solo punto nuestras nostalgias, recuerdos y referencias en el tiempo, bajo las notas, no sè.. tal vez de “Fascination Street” o “One hundred Years”.
Todos los que padecemos este caso tenemos una fibra delicada que si tocamos con cierta rola, seguramente dispararà esos sentimientos que inclusive afectan nuestro entorno. Si escucho “One more time” me hace llorar al recordar a aquella novia que me terminò injustificadamente y prefiriò escuchar Luis mIguel en el estereo de la nave de su siguiente victima. Y no puedo evitar sentir ese nudo en la garganta, aunque hoy en dia, ella este a años luz de mi mente. O el recuerdo de mi madre el dia que muriò y que “Funeral Party” evoca en mi piel un chillido que, la mayorìa de las veces no puedo sacar de mi cabeza durante semanas de recuperaciòn. Los reventones que se organizaban en nuestras casas para presentar nuestras bandas comandadas por Jean Paul, Marcel y todos aquellos que bailabamos hasta la madrugada rompiéndonos la madre con “Play for Today” “10:15 Saturday night” “Killing an arab” Todas esas tardes que pasabamos drogados en la azotea de mi amigo el “niñosaurio” al son de “The Kiss”, “Cold”, “Plainsong”, “Kyoto Song” “Shake dog Shake”, “Six different Ways”. Ya es inevitable tratar de hacer algo por ello. El solo escuchar unas notas de la canciòn, me provoca el padecimiento, pero felizmente me doy cuenta… ¡ que no quiero hacer nada la respecto !
La cosa aparentemente no para ahí: en la universidad, los años siguientes,durante mis viajes, The cure sigue escribiendo y produciendo y esto parece no tener fin. No solo le pone mùsica de fondo a fotografìas en movimiento del Cuervo, sino que los momentos continuan y continuan. Asì como las rolas : “Trust” es ahora un rito. “A letter to Elise” una nostalgia pre-pagada y “Halo” la canciòn que siempre quise escuchar. ¿ De que depende todo esto? Uno se cuestiona si nuestra propia vida es tan vacia que cualquier cosa la puede llenar tan satisfactoriamente. Pero no creo que sea asì. Hay tantas facetas en una vida, que se puede escoger entre millones de opciones. Pero no para los que padecemos este caso y recaemos fácilmente. The cure es la enfermedad y la soluciòn dentro de una frágil lìnea que nos va dosificando poco a poco.
Esta enfermedad es como la droga : te hace buscar como adicto a alguna amistad que te aliviane…pero con una tarjeta Banamex para poder entrarle a le preventa cuando te enteras que después de años viene el causante del mal a tu ciudad. Tu cuerpo suda, te angustias y ya te ves afuera. Estas contra la pared, pero sabes que es como un “super shot” que te dejarà descansar por “un buen rato”.Un viaje màs a Monterrey , pero ahora en un camiòn repleto de fans super bien organizado y escuchando las mejores historias de la cura que todos necesitamos. 4 Conciertos en Mèxico!!!!... un pasòn de mùsica y emoción que fue debidamente digerido.
The Cure es, en mi vida…. una larga travesía, que cumplirà en algun momento 3 decadas, no importa còmo lo hagan, pero seguramente habremos felices personas que lo celebraremos a nuestra manera : emborrachandonos, llorando, gritando, revisando cuadro por cuadro a travès de nuestro reproductor de DVD còmo Simon bajea en el Trilogy, en un concierto, traduciendo las letras de rolas que tal vez aùn sin entender lo que dicen, nos hacen llorar.
Hoy en dìa, la mayorìa de mis amigos estan casados. Tienen hijos y una vida “bonita”, aparentemente han conseguido lo que buscaban. Yo me la pasè entre canciòn y canciòn, pero jamàs me arrepentirìa de seguir lo que màs me gusta y apasiona: la mùsica y sus expresiones colaterales. No me arrepiento de haberme gastado lo de mi nave para seguirlos por Europa, ni para ir a todos los conciertos en mi paìs. Un amigo me dice : “Estas bien enfermo”, a lo que contestè gustoso : “Sip, lo estoy, pero FELIZMENTE enfermo”.
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